Para asegurarse de que un ordenador puede arrancar desde el disco, la secuencia de inicio se debe definir en la BIOS del ordenador de forma que en primer lugar invoque la unidad como unidad de arranque (secuencia de inicio CD-ROM, C, A por ejemplo). En el caso de una unidad de CD-ROM SCSI, esta unidad debe estar conectada a un adaptador SCSI con una BIOS independiente cuya configuración se pueda modificar en consecuencia. (Esto solamente funcionará si no hay discos duros IDE presentes, ya que éstos aparecen antes del adaptador SCSI en la secuencia de arranque.)
Al realizar el arranque desde un disco sólo se puede iniciar un sistema operativo que no escriba en el soporte como, por ejemplo, “MS‑DOS” o “Linux”. Durante el arranque, Microsoft Windows 2000 y Microsoft Windows XP escriben en el soporte desde el que se arrancan. Esto no es posible con un disco, por lo que el proceso se cancela y no se puede arrancar el PC.